Finalmente, Phagmodrupa mostró signos de
enfermarse. Jigten Sumgön ayudó al asistente del Lama, Tsangpa Chochang, y
ofrendó un puñado de raíces medicinales.
Phagmodrupa estuvo contento y aceptó.
Mirando sus muchas pilas de bloques de té, dijo: «Aunque estos
suministros se encuentran aquí en abundancia, no me ayudan ahora.» Jigten
Sumgön realizó gran servicio con plena devoción, y el Lama estuvo muy
satisfecho. Se dijo que si hubiera otros tres como Jigten Sumgön haciendo
plegarias de larga vida para Phagmodrupa, el Lama seguramente habría aceptado.
Todas las pertenencias de Jigten Sumgön las usó en beneficio del Lama y para
ofrendar a los monjes. A menudo, iba a la habitación del Lama, y en el momento
del fallecimiento de Phagmodrupa un vajra dorado con una mancha leve [significando
que Jigten Sumgön todavía tenía que hacer más purificación para lograr en el
camino] fue visto salir del corazón del Lama y entrar en Jigten Sumgön. Del
cuerpo del Lama emanaron muchas reliquias de bendición y sus huellas
aparecieron en las rocas. Entonces el Señor Jigten Sumgön fue sorprendido por
la aparición del caballo que él había ofrecido al Lama en su primer encuentro,
y que no había sido aceptado. Él vendió
el animal, pero no recibió el dinero y azúcar que le debían hasta dieciocho
meses más tarde. Con estos hizo ofrendas a los monjes y construyó un monumento
a su Lama.
Antes de que Jigten Sumgön hubiera llegado al
monasterio de Phagdru, Phagmodrupa mismo predijo repetidamente: «El sostenedor
de mi linaje vendrá de Kham; él es un upasaka que estará en el nivel del décimo
bhumi.» Cuando llegó Jigten Sumgön, el Lama dijo: «Ahora mi deseo se ha
cumplido» y volviéndose a Taklung Thangpa, su asistente y discípulo cercano,
remarcó: «No maltraten a este upasaka.
En épocas pasadas yo era el Buddha Khorwajhik y él era Chenrezig.»
El Señor Jigten Sumgön tenía sólo una pieza
de paño para cubrir la parte inferior del cuerpo. Cuando uno de sus amigos le
ofreció otra, la vendió a cambio de incienso en polvo que esparció en el
monumento a su maestro.
Del maestro Tsilungpa, recibió más enseñanzas
dadas por su Lama.
En este tiempo Sing Singwa y A-gon lo
buscaron con la petición de enseñanzas, pero no pudo aceptarla y envió a
alguien. En cambio, se concentró
intensamente en la meditación, experimentando muchos obstáculos como ver leones
llenando todo el espacio y penetrando en su frente y muchos fenómenos
similares. Con el maestro Tsilungpa examinó el texto de Lamdre, pero no pudo
encontrar instrucciones sobre cómo disipar los obstáculos. Y aunque él hizo
todo lo posible según los distintos textos, nada le ayudó incluso un poco. Durante
quince días meditó en la estatua de Jowo Shakyamuni en el templo en Lhasa como
si fuera su propio Lama y la circunvaló y le suplicó con mente enfocada, pero
aunque esto ayudó, no lo satisfizo completamente. Más tarde, todos los obstáculos se disiparon
y realizó las enseñanzas en la cueva de Echung donde practicó meditación día y
noche sin cesar. Cuando realizó el
significado del surgimiento dependiente, su mente se sintonizó totalmente con
el mundo externo e interno y con las causas y condiciones que determinan si los
fenómenos actúan en beneficio o en daño. También realizó plenamente la
naturaleza de la virtud y no-virtud y el significado de lo absolutamente
permitido y lo absoluta-mente prohibido. Un día recordó esto de las enseñanzas del
estado del gran vehículo Tantra: “La causa de vagabundear en el samsara desde
tiempos sin principio es debido a no reunir los vientos en el canal central
(ava-dhuti)”. Así que pensó: “Si los
vientos no se recogen en el canal central, ¿cuál es el uso de esta vida? Si
ellos están centralizados, entonces incluso morir es aceptable.” Así, practicó
el ejercicio de los vientos gruesos como si su vida dependiera de esto. A
través de este esfuerzo, recibió la visión de las siete Taras adornadas con las
flores azules utpala, así como muchas ense-ñanzas profundas. También vio las
caras de muchos budas y bodhisattvas y recibió la oportunidad de purificar los
seis reinos. Incontables dakinis lo invitaron a un festín de ganachakra y las
deidades mundanas, que crearon obstáculos en su ira, fueron sojuzgadas por él,
aunque su olor desagradable llenó su cueva.
En su estado de meditación el Señor Jigten
Sumgon se volvió inconsciente del paso del día y la noche. Una vez, cuando sus ojos estaban
molestándole, el rey de los Nagas, Sokma Me, apareció ante él y lamió sus ojos
con su lengua, disipando así la enfermedad.
Después de tres años Jigten Sumgon volvió al
monasterio de Phagdru y se reunió con Taklung Thangpa, con quien estableció un
diálogo sobre las enseñanzas profundas. Viajó a varios lugares y regresó a la
cueva de Echung, donde meditó durante dos años. Durante ese tiempo él cayó
enfermo de lepra. Selló la cueva y
permaneció dentro, de manera deliberada planeó en privado transferir su
conciencia. Pero sintiendo que otros
podrían pensar que escondía su enfermedad, salió de la cueva y recibió signos
auspiciosos. De allí fue a la casa de un
mecenas y le dijo: «He contraído una enfermedad de repente.» Luego regresó a la
cueva e hizo postraciones ante una imagen de Chenrezig que había sido consagrada
más de cien veces por el Señor Phagmodrupa. Cada vez que sentía una depresión
profunda, recordaba los sufrimientos de los seis reinos y una gran compasión
natural surgía en su mente. Una corriente
de lágrimas fluía de sus ojos, por eso dijo plegarias una y otra vez para que
él pudiera convertirse en el protector, ayuda y refugio de todos los seres
sensibles. Durante ese tiempo notó que
cada vez que meditaba su enfermedad parecía fluir hacia fuera de sus piernas
como polvo llevado por un viento fuerte, o el suave suelo rastrillado por un
arado, pero siempre que cesaba la meditación, la enfermedad se estancaba.
Por fin un día de mediados del invierno de
repente hubo poderosos truenos y una lluvia, y el Lama pudo sentir un cambio en
sus vientos. Experimentando gran dicha, observó la salida de un enorme Naga
que había llenado todo el valle. Esa noche se recuperó plenamente, como el sol
saliendo de un eclipse. Dudando de que la gente pudiera entender lo que estaba
sucediendo, él compuso una canción contando cómo en tres noches y cuatro días
fue liberado de todo el karma negativo.
Para probar si estos sucesos fueron reales, él encontró a un paciente de
lepra y le dio las enseñanzas. En un plazo
de quince días el hombre se recuperó completamente.
Después de tres días llegó Lama Legpa y le
contó un sueño en él que vio el sol rodeado de sílabas doradas llenando todo el
espacio. El Señor Jigten Sumgon le dijo: «Has tenido un sueño significativo.»
Así, todos los oscurecimientos le fueron quitados de raíz, y él estuvo
completamente adornado con todos los ornamentos de las cualidades del Buddha. Él realizó el significado del surgimiento
interdependiente externo, interno y secreto y dijo: «Me doy cuenta de la causa
de los diferentes tipos de nacimiento, salvo los del dragón del cielo y de la caracola.»
Sin embargo, un día, debido a la apertura del punto esencial en los ejercicios
yóguicos, él comprendió el nacimiento del dragón. Así, comprendió plenamente la verdad de la generación
interdependiente. Más adelante dijo: «
He meditado durante siete años; los primeros cinco no sabía cómo meditar;
durante los dos años siguientes logré las grandes realizaciones presentes. Si meditaba todavía unos años más, podría ir
a los campos búdicos y llevarlos a todos ustedes conmigo.»
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