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miércoles, 24 de junio de 2020

LA LLAVE DE ORO: LA PLEGARIA DE LAS SIETE LINEAS


EL ORIGEN de las enseñanzas budistas en nuestro mundo fue el Buddha Shakyamuni, quien por su inigualable compasión por los seres y su deseo de llevarlos a la perfecta libertad es elogiado en las escrituras como un loto blanco entre los mil Budas de este kalpa afortunado.  Antes de pasar al mahaparinirvana, el Buddha profetizó que sus actividades se prolongarían y sus enseñanzas serían propagadas y protegidas por Padmasambhava, al que los budistas tibetanos con frecuencia lo refieren como Gurú Rinpoche, el precioso maestro.

Invitado por el rey de Dharma Trisongdetsen, por consejo del gran abad Shantarakshita, Gurú Rinpoche fue a Tíbet y propagó las enseñanzas allí en gran escala.  Convirtió a Tíbet y a toda la región del Himalaya en una tierra sagrada donde el Buddhadharma prosperaría aún mucho tiempo después de que había desaparecido en la India. Gracias al poder de las bendiciones de Guru Rinpoche, no sólo las transmisiones orales y tesoro de los Nyingmapas, sino también las enseñanzas y prácticas de las otras escuelas del budismo tibetano han sido capaces de florecer y se han conservado intactas en nuestro tiempo.  Todos los que tienen un interés en la tradición budista tibetana deben ser muy conscientes de la deuda que tenemos a Guru Rinpoche.

Él es el maestro perfecto, el guía para aquellos que desean progresar en el camino; y todas las plegarias dirigidas a él son de inmenso valor.  De estas, la más importante es sin duda la Plegaria de las Siete Líneas.  No sólo es la más poderosa de las invocaciones, sino que cada una de sus palabras está llena de profundo significado.  Gracias a la maravillosa sabiduría y erudición de Mipham Rinpoche, tenemos un comentario que pone ante nosotros las distintas formas en que se puede entender la Plegaria de las Siete Líneas. Muestra cómo esta invocación preciosa contiene todo el Mantra Secreto en forma concentrada.

Sea cual sea la etapa en que estemos, principiantes o no, la Plegaria de las Siete Líneas debería ser nuestra compañera constante.  Es como una llave de oro de la casa del tesoro de las enseñanzas. Sobre todo recitar la Plegaria de las Siete Líneas es la mejor manera de invocar a Guru Rinpoche para que podemos descansar ante su presencia, cultivar la devoción hacia él y recibir así sus bendiciones.

Jigme Khyentse
Dordogne, 2006

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