EL ORIGEN de las
enseñanzas budistas en nuestro mundo fue el Buddha Shakyamuni, quien por su
inigualable compasión por los seres y su deseo de llevarlos a la perfecta
libertad es elogiado en las escrituras como un loto blanco entre los mil Budas
de este kalpa afortunado. Antes de pasar
al mahaparinirvana, el Buddha profetizó que sus actividades se prolongarían y
sus enseñanzas serían propagadas y protegidas por Padmasambhava, al que los
budistas tibetanos con frecuencia lo refieren como Gurú Rinpoche, el precioso
maestro.
Invitado por el rey de
Dharma Trisongdetsen, por consejo del gran abad Shantarakshita, Gurú Rinpoche
fue a Tíbet y propagó las enseñanzas allí en gran escala. Convirtió a Tíbet y a toda la región del
Himalaya en una tierra sagrada donde el Buddhadharma prosperaría aún mucho
tiempo después de que había desaparecido en la India. Gracias al poder de las
bendiciones de Guru Rinpoche, no sólo las transmisiones orales y tesoro de los
Nyingmapas, sino también las enseñanzas y prácticas de las otras escuelas del
budismo tibetano han sido capaces de florecer y se han conservado intactas en
nuestro tiempo. Todos los que tienen un
interés en la tradición budista tibetana deben ser muy conscientes de la deuda
que tenemos a Guru Rinpoche.
Él es el maestro
perfecto, el guía para aquellos que desean progresar en el camino; y todas las
plegarias dirigidas a él son de inmenso valor.
De estas, la más importante es sin duda la Plegaria de las Siete
Líneas. No sólo es la más poderosa de
las invocaciones, sino que cada una de sus palabras está llena de profundo
significado. Gracias a la maravillosa
sabiduría y erudición de Mipham Rinpoche, tenemos un comentario que pone ante
nosotros las distintas formas en que se puede entender la Plegaria de las Siete
Líneas. Muestra cómo esta invocación preciosa contiene todo el Mantra Secreto
en forma concentrada.
Sea cual sea la etapa en
que estemos, principiantes o no, la Plegaria de las Siete Líneas debería ser
nuestra compañera constante. Es como una
llave de oro de la casa del tesoro de las enseñanzas. Sobre todo recitar la
Plegaria de las Siete Líneas es la mejor manera de invocar a Guru Rinpoche para
que podemos descansar ante su presencia, cultivar la devoción hacia él y
recibir así sus bendiciones.
Jigme Khyentse
Dordogne, 2006
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