Vistas de página en total

miércoles, 24 de junio de 2020

Jigten Sumgön: Glorioso Drikungpa (4)

.....


Al mismo tiempo que estudiaba y practicaba, Jigten Sumgön cuidaba poco por la comida y la ropa.  Nunca hizo fuego para su comida, o visitó a otros para participar de una comida, sino en cambio permanecía en silencio, a veces haciendo un poco sopa. En otras ocasiones comía los restos de alimentos, o bebía cenizas hechas finamente en polvo y colocadas en agua.  En los tiempos de descanso se iba a un lugar donde los monjes hacían postraciones y decía veintiún veces la plegaria de siete ramas. Cada mañana, él hacía una larga sesión de meditación, mientras que a la medianoche iba al exterior y recogía hojas de abedul para cocinar. Muchos Khampas+ lo llamaron una deshonra a su tribu, pero él respondió: « El gran linaje de maestros no crearon una vida fácil para ellos mismos. Como Jetsun Milarepa, no tengo demasiado tiempo para cocinar, así que quizá que no voy a ser una vergüenza para los Khampas.»  Ellos comentaron: "Él claramente tiene mucho orgullo para decirlo de esta manera». Pero más tarde reconocieron la sinceridad de su práctica.

El Señor Phagmodrupa ofreció tres veces las instrucciones de El gran señalamiento. Aunque las dos primeras veces sus discípulos no las comprendieron, recibieron las realizaciones en el tercer intento. El maestro dijo: «No estaba tan claro como ustedes. Ustedes comprendieron las instrucciones en la tercera repetición, pero yo tomé más tiempo». El Señor Jigten Sumgön alcanzó la realización de que toda práctica nace en la mente y posteriormente se vuelve reconocida por lograr el yoga del estado de no meditación, el quinto camino perfecto. Como todos los fenómenos apare-cidos son realizados en el estado de Mahamudra, pensó: “Es suficiente practicar el Mahamudra con gran devoción al precioso Lama”, así que él fue ante la presencia de Phagmodrupa y relató esta realización. Pero Phagmodrupa lo riñó: «Qué estás diciendo? Hasta que alcances la budeidad, necesitas el profundo quíntuple camino del Mahamudra. Por lo tanto, no te separes de él.»

Habiendo escuchado que un visitante venía de lejos, hizo una torma grande del sobrante de su alimento y se la ofreció al Lama, con la petición de que él podría adelantarse y encontrar a la persona de antemano. En Radeng el patrocinador Nyasang le dio dos bloques de té y exhortó a otras personas a hacer ofrendas. Después que le trajeron queso caliente, té, dulces y manteca, les dio enseñanzas, pero no tuvo tiempo suficiente para aconsejar a los muchos otros que se le acercaron.  Cuando regresó al monasterio de Phagmodru, en un principio fue incapaz de poder ver al Lama, así que meditó sin cesar en la luz clara durante tres meses. Finalmente, presentó sus propias ofrendas y las que habían sido dadas por los otros. Phagmo-drupa dijo: «Pongan las cosas en mi bolsa», y el Señor Jigten Sumgön pensó: “¿Puede ser que el Lama tenga todo para sí, hasta una bolsa?” Phagmodrupa le dijo: «Hasta ahora, tu karma ha sido enseñar el Dharma solo a mis patrocinadores. Veré si tú puedes dar las instrucciones propia-mente dichas o no.» Entonces, Jigten Sumgön recibió más enseñanzas y tuvo una visión profunda especial de que él estaba de hecho libre de todo dogma. Como la reunión de dos espacios, las dos luces claras surgieron en su mente. Phagmodrupa dijo: «Con este tipo de realización es necesario que nazcas otra vez.  Aunque ha habido muchos siddhas altamente realizados, todos han sido renacidos porque este tipo de realización todavía no es completa», y explicó con muchos ejemplos y mucha lógica.

Una vez, Jigten Sumgön adquirió un bloque de té y le preguntó al monje Seton si él podría ofrendarlo a Phagmodrupa.  Seton le aconsejó: «Nece-sitas esto para ti mismo, no para regalarlo.» Como él no le permitió presentar su ofrenda, Jigten Sumgön después dijo a sus discípulos: «Si alguien les pregunta si puede hacer ofrendas, siempre permítanle hacerlo.  Yo fui engañado por la bondad de Seton». A los monjes, Jigten Sumgön dos veces les hizo ofrendas de té y a Phagmodrupa, queso dulce caliente y otras delicias. Todas las instrucciones del Dharma se establecieron espontánea-mente en él. Cuando veía a Phagmodrupa y recibía enseñanzas de él, nunca iba con las manos vacías, sino le ofrendaba todo lo que tenía, grande o pequeño.

Junto al santuario central del monasterio estaba un mandala de cuatro actividades, que llevaba los signos auspiciosos.  Puesto que uno estaba roto, lo reparó y ofrendó esto. Como resultado, Phagmodrupa dijo: «Los signos auspiciosos te pertenecen.» Más adelante, después de que Jigten Sumgön mejoró aún más el mandala, dijo: «Creo que mi capacidad en beneficio de los seres sensibles surgen de esto.»

Phagmodrupa instó al Señor Jigten Sumgön a convertirse en monje, pero él reflexionó: “La vida de un yogui es más fácil para practicar el Dharma.  Incluso como yogui, uno debe observar disciplina social, pero un monje está sujeto a tantas más restricciones que es como un buey cuya espalda está quebrada por su carga de preceptos”.  Así que decidió no convertirse en monje, sino en su lugar practicar el Sendero del método.  Cuando le preguntó si esta práctica era correcta, Phagmodrupa le respondió: «Será más tarde, pero por ahora haz esto: ciento ocho ofrendas de mandala, ciento ocho recitaciones de las cien sílabas, ciento ocho sesiones viento, ciento ocho circunvalaciones, y ciento ocho postraciones. Haz todo esto en seis sesiones, día y noche». Así el Señor Jigten Sumgön practicó de esta manera, soportando grandes dificultades durante algún tiempo. Cuando él completó estas instrucciones, fue ante el Lama y sonriendo le preguntó: «¿Puedo ahora practicar el Sendero del método?» Phagmodrupa le contestó: «Puedes hacerlo, y de hecho es necesario».  Luego le dio ense-ñanzas detalladas sobre vientos, canales y gotas.  Un día, como el Señor Jigten Sumgön había recibido la enseñanza, desarrolló profunda devoción, debido a que sus vientos se naturalizaron, y muchas cualidades del Sendero del método se desarrollaron dentro de él.

Cierta vez, cuando fue a ver a Phagmodrupa, él vio a importantes maestros reunidos allí como Lama Shang, Geshe Dan y otros.  Phagmodrupa los despidió, diciendo que tenía un trabajo importante que hacer con el Señor Jigten Sumgön. Después que se fueron, Phagmodrupa le dijo que se sentara en la postura de meditación.  Colocándose enfrente de él, con su bastón señaló tres chakras de Jigten Sumgön y pronunció las sagradas sílabas OM, AH, HUNG.  Entonces dijo: «Serás un gran meditador». De nuevo dijo: "Actuando en meditación, serás un meditador aún más grande». Por tercera vez, dijo: «Estoy feliz de que seas un gran meditador. Sigue.»
Otra vez, cuando Jigten Sumgön fue a ver al Lama, le preguntó: «¿A través de la meditación del Mahamudra, la mente será totalmente pacificada en el momento de la muerte, o será más claro todo este mundo fenomenal, permitiéndome alcanzar la sabiduría omnisciente?» Phagmodrupa respon-dió: «Tendrás la comprensión.» Jigten Sumgön pensó: “Para lograr esta realización, uno debe o bien lograr el cuerpo de arco iris y la mente Dharmakaya, o bien uno debe tener el conocimiento de los tres tiempos.  No podré tenerlos.” Phagmodrupa insistió: «Definitivamente conseguirás esto.»  Y levantando la voz, dijo: «No podría engañarte.»  (Más tarde, cuando Jigten Sumgön hizo las meditaciones en la cueva Echung, logró la sabiduría omnisciente y se sintió contento de que había preguntado al Lama las cuestiones referidas a esto.)  Mientras estuvo con su maestro, él, junto con Lama Tonpa Sherab, recibió el triple voto del bodhisattva y el nombre de Bodhisattva Rinchen Pal Ratnashri.


+ Nota a la versión en español.- Naturales de la región tibetana de Kham

No hay comentarios:

Publicar un comentario