EXPERIENCIA DIRECTA
PARA QUE EL DHARMA SEA EFECTIVO
Chokyi Nyima Rinpoche
Profunda tristeza, porque nada dura.
Amor ferviente, porque todos los seres son mi amada familia.
Apertura lúcida, porque esta mente ordinaria está despertando por completo.
Pura alegría, porque todo esto es cierto.
En el budismo, es primordial obtener experiencia concreta y de primera mano con las instrucciones. Si buscamos la libertad y el despertar, tratar temas como la no permanencia y el sufrimiento, el amor y la compasión, o la comprensión de la naturaleza de la mente como conceptos abstractos no resulta suficiente. La única forma de comprender realmente estos
puntos cruciales es a través de la experiencia directa. Solo entonces el Dharma será aplicable y verdaderamente efectivo.
¿En qué experiencias se basan las enseñanzas del Buddha? Son tristeza, amor y apertura. Aunque parecen ser bastante diferentes, la tristeza y la apertura están íntimamente conectadas. La profunda tristeza que nos abruma cuando comprendemos la naturaleza no permanente de todos los fenómenos nos abre al mundo que nos rodea. Abrimos nuestros corazones y comenzamos a notar a nuestros semejantes. Vemos cómo todos debemos enfrentar las dificultades de la vida; entendemos la naturaleza fugaz de nuestras alegrías. y nos damos cuenta de cuánta preocupación, dolor y sufrimiento pasamos en nuestras vidas. De esta manera, nos damos cuenta de que todos compartimos experiencias dolorosas similares. Sabiendo lo que otros pasan y sienten, no podemos evitar simpatizar con ellos, y el deseo de ayudar y proteger a nuestros semejantes naturalmente brota en nosotros. Este deseo de ayudar y proteger surge del amor, y cuanto más abrimos los ojos al sufrimiento y al engaño de los demás, más fuerte se vuelve nuestro amor. El amor despeja la mente de la espesa niebla de deseo, ira e ignorancia. El amor es como el sol que refulge a través de la niebla, disolviéndola, hasta que solo queda una gran apertura y claridad. Cuando no queda nada más que apertura y lucidez ilimitadas, nos encontramos cara a cara con la naturaleza básica de todos los fenómenos más allá de los conceptos.
Aun así, a medida que los pensamientos resurgen, la niebla reaparece inevitablemente. Pero ahora sabemos, por nuestra propia experiencia, que la libertad y el despertar siempre están aquí, dentro de nosotros. Esta realización da lugar a una alegría indescriptible. Hemos experimentado por nosotros mismos que el despertar es una opción genuina, para nosotros y para todos los demás, ¡qué maravilloso! El deseo sincero de que todos puedan despertar a la verdadera libertad nace en nosotros y nos consume hasta el punto en que nuestro apego
y engaño parecen disolverse naturalmente. Mientras tanto, vemos el mundo tal como es, completamente transitorio y doloroso, y nuestra tristeza se vuelve cada vez más profunda. Sin embargo, nuestra tristeza ahora está acompañada por un amor y afecto genuinos y un profundo sentido de responsabilidad provocado por la certeza de que, si simplemente nos mantenemos en el camino, podremos hacer una diferencia real y duradera donde quiera que vayamos. Así es como la tristeza, el amor y la apertura sostienen a los practicantes de Dharma.
DE: Introducción de Tristeza, Amor y Apertura. El camino budista de la alegría.
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